25 Aniversario del Mundial de Superbikes: Troy Bayliss
Un hombre que desde que debutó en 1997 se ganó el derecho a ser recordado como uno de los grandes pilotos de Superbikes es, fuera de duda, Troy Bayliss (Taree, Australia). Su tardía llegada a la competición no le impidió brillar desde que se inició como wild-card a mediados de los 90' con una Suzuki en Phillip Island.
Para Bayliss, aprovechar esas oportunidades que el Mundial de Superbikes le brindó fue el primer paso para conseguir grandes éxitos. "Creo que fue de gran ayuda", comenta el corredor, pues "nunca gané el Campeonato de Australia de Superbikes, quedé segundo un par de veces" si bien "ganarlo no te asegura una plaza en el Mundial". Es por esto que "cuando recibía una wild-card me hacía notar", recuerda. En su opinión, "los mejores pilotos de campeonatos locales de Superbikes pueden ser competitivos en una prueba internacional, después ya es cuestión de si puedes ganar o no".
Para Bayliss, Phillip Island es una pista sensacional que le provocaba una presión especial. "Phillip Island siempre era de las más difícil por todo el trabajo que había que hacer", ya que "la gran cantidad de familia y amigos que venían hacía del fin de semana uno de los más ajetreados", exclama. "Los australianos siempre disponen de buenos representantes para su carrera, pero correr en el Mundial de Superbikes implica ser rápido en todas las pistas", explica Bayliss. "Ganar en Phillip Island era genial, pero sentía lo mismo cuando lo hacía en Monza, Misano u otro circuito".
Todavía se entusiasma con las carreras de Superbikes, según se desprende de sus comentarios. "En el WSBK reina la fraternidad, las puertas abiertas y ese clima de calor que siempre disponen los italianos". Y es que, "adoro su familiaridad y pasión desenfrenada", concluyó.