Bayliss, en profundidad: ‘Mi hijo Oli y el equipo me mantienen bastante ocupado’
El triple campeón de WorldSBK habla de su carrera, de sus primeros recuerdos sobre una moto y de la competición actual en WorldSBK
Troy Bayliss tuvo una exitosa carrera en el Campeonato del Mundo MOTUL FIM Superbike. En la década de los 90 ganó tres títulos, acumulando además 52 victorias y 94 podios. Nos sentamos con el ex piloto australiano para conocer dónde comenzó su pasión por el motociclismo, cómo es su vida desde que dejó de competir y cómo ve el actual campeonato de WorldSBK.
Diría que mi mejor recuerdo es de la campaña de 2006. Todo ese año fue muy bueno, ganamos el Campeonato del Mundo de Superbike y la carrera de MotoGP™ en Valencia. Esa carrera fue como una especie de mini GP, ¡así que fue un año loco pero genial! Nunca pensé en ganar en MotoGP™, pero sucedió; sentí que era algo especial, le puso la guinda al pastel.
Cuando empecé, mi objetivo era intentar correr en World Superbike y cuando eso sucedió, fue como un paso que no esperaba que llegase tan pronto. Cuando llegué al equipo, la sensación era que tenía que llenar unos zapatos muy grandes, y realmente sentí la presión. Pero una vez que me encontré cómodo con los muchachos y empecé a tener un poco de éxito, las cosas comenzaron a funcionar...
Actualmente el Campeonato está mejorando cada vez más, tiene una buena apariencia, la seguridad es excelente y las motos son más y más competitivas. Ahora estamos en una situación en la que es muy difícil conseguir ventajas para ir cada vez más rápido, pero el desarrollo es continuo.
Creo que mi pasión por las carreras surgió a una edad muy temprana. Me subí a una moto a los cinco años y es algo que siempre estuvo en mi corazón. La primera vez que vi carreras de velocidad en la televisión tendría 11 o 12 años. Recuerdo a Graeme Crosby, fue al primero que vi en la tele ganando una carrera y pasar por meta haciendo un caballito. De niño, solo recuerdo a Graeme, era un tipo genial.
Todavía es algo muy bueno para mí; cuando vamos a los rounds australianos es un poco diferente. La gente está acostumbrada a que yo esté allí y creo que les gusta. Si voy a Italia o vengo aquí (Phillip Island), la gente me recuerda y siempre es agradable conmigo.
Solía ser bastante bueno en la pista, pero ahora con el equipo y con Oli (su hijo, que sigue sus pasos como piloto), ya estoy bastante ocupado. Me queda algo de tiempo, entreno un poco y paso tiempo con la familia; puedo decir que ahora estoy bastante entretenido.
La mayor parte de mi carrera corrí con Ducati, y hay muchos italianos y europeos que adoran a Ducati. A mí me fue bien con Ducati y eso me hizo bastante popular. Creo que tuve suerte de correr para esa marca, era una muy buena marca y yo también lo hice bien corriendo para ellos, así que fue una buena asociación. Y ahora soy embajador de la marca.
Volví a competir hace dos años y fue difícil y muy extraño. Corrí en el campeonato australiano y antes había disputado una carrera como wild card, en 2015, para divertirme un poco. Ahora me contento con salir a rodar de vez en cuando con Oli. Está creciendo como piloto y puedo ver que es bastante bueno, aunque le queda camino por delante…
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