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La llegada de Esteve Rabat a WorldSBK ha sido uno de los llamativos alicientes de la nueva temporada en el paddock de las derivadas de serie. El piloto barcelonés, que cumplirá 32 años un par de días después de estrenarse en competición en el Round inaugural de Aragón, ha recargado ilusiones y motivación con el proyecto que le asocia en 2021 con el Barni Racing Team. Después de cinco años compitiendo en MotoGP™ sin grandes resultados, Tito ha agarrado la oportunidad surgida en este campeonato para volver a sentir la adrenalina en la pista y la euforia en los cajones del podio.

Apasionado desde crío con la competición, Rabat se dio a conocer en 125cc en un ya lejano 2005, y desde entonces ha vivido por y para las motos, tan vocacional en su profesión que no ha dudado en ocasiones a desarrollarla más allá de la bolsa y el caché. Siempre persiguiendo la gloria, que en su caso ha tenido una presencia intermitente.  

Si su paso por 125cc fue una etapa de aprendizaje, con podios pero sin triunfos, su consolidación en el panorama mundial llegó con el salto a Moto2™, donde subió al podio en todas las temporadas que disputó y donde tocó el cielo al coronarse campeón en 2014, tras una fenomenal campaña en la que consiguió siete victorias y 14 podios.

Todo campeón de la categoría intermedia aspira a medirse con la élite de MotoGP™ y Rabat dio el salto a la categoría reina en 2016. A lo largo de cinco campañas participó en 77 carreras, con un séptimo puesto como mejor resultado. Una larga etapa sin visitar los cajones pero durante la cual ha remachado su personalidad combativa y reforzado su convicción de merecer un hueco en la élite. “He sido Campeón del Mundo, he hecho poles, he ganado carreras... He demostrado mi potencial” esgrimió poco antes de que se anunciara su llegada al paddock de las derivadas de la producción en serie de la mano del Barni Racing.

Rabat es de la escuela de los currantes en la pista. De los que entrenan en solitario, aunque sea con la moto de calle, y de los que bajan la visera por la mañana y la levantan después de acumular más de 100 vueltas durante una jornada de entrenamientos, como hizo recientemente en los ensayos de Barcelona y Aragón. De esa escuela eran también pilotos como Carlos Checa o Nicky Hayden, que, como él, buscaron una segunda vida deportiva en SBK® pasada la treintena tras finiquitar su etapa en MotoGP™.

Si el norteamericano no tuvo apenas tiempo de validar su talento en este paddock, por culpa del accidente que segó su vida durante un entreno en bicicleta, la trayectoria de su compatriota sí sería un espejo en el que Rabat podría intentar reflejarse. Charlie Checa se abrió paso en su nuevo hábitat gradualmente y culminó su carrera con el título de WorldSBK a los mandos de una Ducati, después de tres años bregando en el campeonato.

Por el momento, al piloto barcelonés también le toca bregar duramente en su nueva etapa a bordo de la Panigale V4 R, una moto que se parece a la Ducati de fábrica al 99% pero con la que todavía no se entiende como él querría. "Me dicen que, si demuestro que puedo ganar carreras y estar delante, seguro que tendré todo el material para estar luchando por las primeras plazas", aseguró Rabat al inicio de su pretemporada. Sin embargo, en los ensayos realizados posteriormente el ex piloto de MotoGP™ se ha encontrado con más dificultades de las esperadas para manejar la montura a su gusto y, sobre todo, con un recurrente problema de vibraciones que le han hecho dar alguna voz de alerta:

 “Estoy entendiendo cómo funciona el equipo, los neumáticos, la moto” explicó tras un reciente test. “Pero hay que trabajar para poner la moto un poco más a punto, porque tenemos ahí un muro. El equipo está trabajando bien, dentro de las posibilidades, pero necesitamos que la moto vaya un poco mejor, tiene bastante chatter y eso hay que mejorarlo sí o sí”.

“Yo voy a fondo” dijo en esa misma entrevista, reivindicándose como piloto. “Estoy cada año mejor, más fuerte, más centrado y disfrutando más cuando me dejan, así que me veo convencido”. Con esa mentalidad, Rabat dejaba claro que el desembarco en su nuevo paddock es para ser volver a sentirse ganador, para volver al podio y demostrar todo su potencial, para ser competitivo con los más competitivos. En definitiva, para ser protagonista, sí o sí.

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